Castro Urdiales - Nelly Dia 1

Manejas tu coche de manera despreocupada en dirección a Castro, después de un largo dia ya que has salido con algunos alumnos a las afueras de la ciudad a pasar un domingo en una casa de campo, la fiesta fue bastante divertida, corrían, nadaban, algunos trataron de mostrar sus dotes para montar caballos aunque siempre terminaban en el suelo, incluso tuviste tiempo para cantar frente a todos y arrancarles un merecido aplauso; en pocas palabras pasaste un día agradable.

Te sientes algo cansada y piensas que ya es hora de partir, levantas la mirada y compruebas como los últimos rayos de sol son derrotados en el horizonte, entonces decides salir sola, después de todo los “muchachos” pensaban pasar la noche cosa que no puedes hacer ya que tienes clases que dictar mañana.
Avanzas sin contratiempos con el acelerador al fondo, ciertamente deseas llegar rapido a casa, de repente, el motor se apaga sin ninguna razón aparente y quedas deslizándote sobre la carretera gracias al impulso que llevabas; el vehículo se detiene completamente varios metros mas adelante, tratas de encenderlo pero no da señales de vida, te desesperas y maldices por lo bajo tu “buena suerte”, estas lo bastante cerca para llegar a castro caminado, pero demasiado lejos para pensar en arrastrar el coche o dejarlo tirado, te desesperas al no saber qué hacer cuando de repente puedes escuchar ladridos en dirección al bosque del otro lado de la carretera, con mucho cuidado cierras la puerta del coche y te diriges caminando en esa dirección, al pasar la calle notas que hay una pequeña peña que sobrepasar para acercarte a origen de esos ladridos, con gran cautela subes la peña y puedes ver hacia el final de la misma.

Para cualquier persona que pasase por ese lugar, la escena seria extraña casi cómica, puedes ver a 2 mujeres de vestimenta oriental haciendo el típico saludo de manos juntas a un par de lobos frente a ellas, después de oler a ambas mujeres el lobo se hace a un lado, las orientales comienzan a pasar al lado de ellos cuando una de las dos se voltea y literalmente le “ladra” al lobo.

A partir de aquí sigues en el hilo de la manada.