Gateas con dificultan en el interior de la ambulancia, la gran cantidad de utensilios y aparatos que hay regados por el lugar, se convierten en verdaderos obstáculos a superar para poder alcanzar a Alejandro.
Con gran esfuerzo logras llegar a él y tratas de tomar su pulso mientras haces una pequeña plegaria tratando de asegurarte que este con vida…
Sientes un gran alivio en tu corazón al notar que Alejandro por increíble que parezca aun tiene pulso, de hecho tal vez sea solo tu imaginación pero sus mejillas han recuperado un poco de color, de cualquier manera Alejandro aun está gravemente herido, necesita atención de manera urgente.
Miras alrededor tuyo comprobando el estado de los socorristas, uno de ellos tiene una jeringa enterrada en un ojo haciendo que una sustancia blanquecina mezclada con sangre cubra su rostro, mientras que el otro murió al enterrarse el volante en el vientre, ciertamente que estés viva es un milagro.
Comienzas el camino hacia la puerta para poder observar a fuera, al llegar te asomas por una pequeña rendija que se genero con el accidente.
Tus ojos no dan crédito de lo que estás viendo, con paso firme pero lento se acerca a la ambulancia un hombre alto y musculoso, de tez morena que lleva una granada de fragmentación en una mano, debe ser él quien causo la explosión momentos antes, además a este hombre le acompañan dos perros muy grandes y muy feroces al parecer.