Tarja: Castro Urdiales Dia 1

Bajo el arco y corro hacia la puerta mientras rezo por no haber echo nada a mi madre, soy una inconsciente, si la he herido no me lo perdonare en mi vida. Solo hay fuego ahora en mi cabeza, en mis ojos, temo por ella pero la ira aun es grande.

Mi acompañante no esta, tal vez ya este dentroy y haya llegado hasta arriba. Las escaleras es la unica opcion, no paro simplemente las voy subiendo de dos en dos preparandome para lo peor. Papa que es todo eso, por que te odian, por que nos odian, tengo que averiguarlo. Los escalones de dos en dos, tengo buena forma fisica o al menos eso espero, al final hay una puerta, corro hacia ella dispuesta a derribarla y entrar, salvar a un inocente

Terminas de subir las escalas y te encuentras con una pared,
parece el final de un pasillo, te giras
con rapidez y encuentras la puerta que esperas te lleve directamente con los
opresores que momentos antes te advertían cosas desde la ventana y más
importante aun tu madre.


Sientes miedo de lo que te puedas encontrar tras esa puerta, después de todo es difícil creer
todo lo que… está pasando, las cosas que has visto y vivido esta noche, es algo
que solo lo habías imaginado años atrás mientras leías las historias fantásticas
y llenas de misterio que contenían los libros que llevaba tu padre cuando era joven.
Piensas de nuevo en tu madre, no quieres perderla y tampoco quieres imaginarte lo que estas
cosas raras pueden hacer le, reúnes el valor que la furia que siega tu alma te
da y abres la puerta.


Lo que encuentras dista mucho de lo que penaste que verías,
entras y una habitación oscura y fría se abre paso a tu mirada, en su
interior muebles en madera grandes y viejos, una alfombra verde empolvada cubre
el suelo, las paredes son adornadas por un par de pinturas de personas(bastante feas por cierto)… y en
medio de todo esto te encuentras con la mirada incrédula de tu madre, ella se
ve cansada, tiene una quemadura sobre la mejilla izquierda, enormes gotas
sangre la recorren desde la quemadura hasta el suelo dando la imagen de una mujer
herida que necesita atención medica, junto a ella estaba ese hombre quien seguía
sujetándola con sus manos.


-
Así que además de mala puntería también tienes agallas, o ¿acaso la
culpa fue lo que te hizo subir?





Estas aun en shock de ver a tu madre en ese estado y peor
aun sabes que fue tu impaciencia la causante de su daño, motivo por el cual no
puedes dejar de recriminarte; de repente aparecen otros dos sujetos: uno de estatura media
cabello claro, piel blanca, ojos claros, viste un abrigo gris oscuro y camisa
negra, el otro era de color oscuro usa
una chaqueta clara y un jean. Ambos te dan
unas miradas frías como el hielo.

La respiracion se me agita poco a poco mientras intento llegar arriba lo mas deprisa que puedo, tengo que conseguirlo, tiene que estar bien. La puerta, no puedo esperar y la derribo de una patada, mis ojos no tardan en acostumbrarse a la penumbra que no deja ver. Es un sitio bastante destartalado, mal cuidado y alli esta en mitad de la estancia mirandome cogida por ese hombre.

Esta herida y se que he sido yo, pero lo he echo para salvarla. Respiro hondo mientras camino hacia el interior mirando al ser mientras sujeto el arco con fuerza, mientras los nudillos se ponen blancos por el sobre esfuerzo. Mis ojos brillan con el fuego que antes consegui destilar para implantar en mi arma, las palabras no me mellan y si lo hacen intento que no lo aparente.

--Estas seguro que fue mala punteria. Creo que lo que queria era ver al cerdo que se escuda detras de una mujer enferma para intentar conseguir una venganza pasada de tiempo.

Decision es lo que se ve en mis ojos solo un segundo antes de ver que hay mas gente alli, dos hombres mas, seguro que amigos de el.

-Si dejas que se vaya, me quedo yo en su lugar y terminamos esto los cuatro con calma, tengo toda la noche para hacerlo. Me quereis a mi, por que tengo su sangre y no a ella. Solo teneis dos segundos antes de que ocurra algo de lo que puede que yo me arrepienta en el futuro por no tener marcha atras pero lo lamentareis mas vosotros.

-Así que
tu vida por la de ella… me gusta esa idea-


Ves como con la mano que la sujetaba la agarra del cabello y
se lo jala de una manera sumamente cruel, tu madre solo alcanza a lloriquear
del dolor mientras lleva sus débiles brazos a sujetar la mano del sujeto para
tratar de zafarse aun que claro sin ningún éxito.


-Muy bien
niña, empieza por arrojar ese arco con las flechas, luego pondrás las manos
sobre la cabeza y te arrodillaras, si haces las cosas como te digo dejare ir a
la anciana, de lo contrario…


Su voz fría como hielo refleja una amenaza velada, no es
claro entender las motivaciones de esos tipos, pero lo que es claro es que te
quieren a como de lugar.

Me pongo tensa cuando, respiro hondo mientras tiro el arco a un lado lejos de mi. Me arrodillo poniendo las manos sobre la cabeza y mirandoles de uno en uno. No les va a gustar lo que les hare, en este momento no puedo contener la rabia que siento, el fuego crece en mi interior y se que saldra, pero solo ocurrira cuando mi madre haya salido por la puerta, no antes.

Miro a mi madre y la tranmito tranquilidad con la mirada.

-Ya esta, podeis dejarla que se marche. Me teneis a mi desarmada en su lugar, yo soy la Schwartz no ella, yo tengo su sangre por mis venas.


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Lo que voy a hacer cuando suelten a mi madre y se marche es inflamar toda la sala a ser posible y como recuerdo que a aquel niño le mate con algo que cree intentare crear un arma para matarlos.

Al comprobar que haces caso de las órdenes que te dan el sujeto arroja a tu madre un par de metros en dirección a la puerta, esta cae sobre sus rodillas y emite un pequeño lamento.


-muy bien niña ahora creo que nos conoceremos mejor-


Te dice mientras te regala una mirada libidinosa y desagradable parecida a la de que un violador le da a una colegiala indefensa.


Con paso lento se te acerca, tiene un cuchillo el cual intercambia de mano con cada paso que da, puedes escuchar a los otros dos, al parecer también se acercan pero por detrás de ti, te giras un poco y puedes ver a tu madre saliendo del apartamento, su caminar no es el mejor de hecho cojea bastante, sin embargo, esta libre y nadie le sigue.

Mientras veo como la trata, la ira sigue ardiendo en mi interior pero la contengo mientras espero que se marche.

"Madre, lo siento, prometo que si salgo de esto te contare todo" pienso mientras escucho sus pasos alejandose y miro a mi interlocutor con las manos sobre la cabeza. Todos parece que quieren un pedacito de mi, si lo quieren les va a costar lagrimas de sangre. Cierro los ojos mientras dejo que por fin me invada, noto como el aire se va calentando y en mis pulmones comienza a arder haciendo que me duela hasta respirar. Aprieto los dientes y abro los ojos, creo que brillan por el fuego que ya no quiero ni contener, lo noto como sale de mi, como me dijo que debia hacerlo. Aprieto los puños con fuerza mientras comienza a pasar lo que tenga que pasar, si debo morir por salvar a mi madre lo hare, pero me vengare de estos cerdos antes.

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El suelo a mi alrededor comienza a arder, luego la puerta creando un muro, mientras en mi mano se crea una especie de cuchillo, no estoy segura que uso para clavarselo al mas cercano mientras intento que los otros dos ardan. Solo siento ira y rabia, quiero sus cuerpos muertos a mis pies, pero antes uno me dira por que me quieren y que les hizo mi padre, los demas seran la advertencia.