Nayana Noche 1 escena 1 (cotilleos)

Sin duda alguna el trabajo para el que me llamaron me resultó un poco raro desde el principio, y eso que no es la primera vez que tengo que dedicarme a limpiar pero nunca antes había sido los restos de una explosión... Sin duda alguna no es un trabajo de futuro pero tampoco lo pretendo, ya que me llamaron me sacaré un poco de dinero para poder seguir con el viaje, debería desplazarme hacia el sur y cruzar Gibraltar para llegar a África en cuanto pueda, no puedo pasar pro alto Egipto, apuesto a que será una visita de lo más interesante y mística, ¿acaso no reverenciaban a una diosa gata llamada Bastet...?

Apenas presto atención a los muchachos que trabajan conmigo, sin embargo intento ser de ayuda recogiendo todo lo que puedo, no me agradaría que pensaran que soy una vaga o algo por el estilo. Creo que uno de ellos me mira con mayor insistencia pero no estoy segura. De todas formas es algo natural en los países del sur, se nota a la legua que soy extranjera y cuando hablo se acaba de hacer patente con mi marcado acento, aunque hay que admitir que suelen esperarse algo más... del norte.

Cuando llega el descanso resoplo hondamente, dejando los guantes colgando en los bolsillos de la fea y desgastada bata que cubre nuestra ropa.
Está bien, creo que la de abajo tampoco ofrece mucho mejor aspecto... pero por lo menos la escogí yo.
Me quedo un par de minutos con mis compañeros de trabajo mientras saco una pequeña manzana de la mochila que he traído, le doy el primer mordisco y con lo que he oído tengo suficiente para saber que no me interesa demasiado la conversación trivial de la mayoría de jóvenes europeos.

Cómo ya es normal en mí, decido que estoy más tranquila y a gusto si no tengo que actuar haciendo ver que me importan sus tonterías ya que la mitad ni siquiera alcanzo a comprenderlas, así que tras agradecer el agua subo un par de pisos y me siento cómodamente en un escalón comiendo mi fruta.
Mis delgadas cejas se fruncen por un momento al distinguir las voces de esas mujeres, aunque enseguida tengo que contener una carcajada.
Las mujeres españolas son muy graciosas, tan expresivas y críticas con cualquiera que puedan, pero sin embargo a la vez resulta más que interesante y enigmático lo que han dicho.
Apuesto a que nadie podría haberlas sugestionado para comentar que han visto una pantera merodeando por los tejados... Y yo pensando que podría haber sido un acto terrorista, a veces los designios del destino son de lo más sorprendentes.
Finalmente me decido a levantarme del escalón, con la mitad de mi manzana ya terminada mientras acabo de subir hasta el rellano con sonrisa inocente.

-¿Qué loco iba a querer poner una bomba en este edificio...?- pregunto como si tal cosa, por dar tema de conversación al cotilleo general que se está llevando a cabo. Quizá consiga algún dato interesante entre tanta habladuría.

Sigo sonriendo con mi expresión más bondadosa tras el susto de las señoras, aguantándome un poco la risa mientras me acerco más a ellas y doy otro mordisco de la sabrosa manzana. Me encanta la fruta, no entiendo cómo hay gente a la que tienen que obligar a comérsela...
Voy mirando a ambas alternativamente y con cierta curiosidad, aunque sus datos cada vez parecen de menor importancia pero algo he sacado en claro: el tipo en cuestión es médico sin consulta propia y viste un poco "simplón", por decirlo de alguna manera.
-No creo que fuera tan torpe, pero quizá sí tenía algo que esconder detrás de esa fachada...- me limito a decir a modo de opinión mientras me encojo de hombros.

Cuando los bomberos bajan las escaleras mi atención se centra en ellos y sus aparatosos uniformes y cascos, aunque ahora los llevan bajo el brazo. Debe de ser un trabajo interesante... Aunque no creo tener el suficiente tiempo para eso en mis viajes, quizá si algún día decidiera asentarme.
Las mujeres vuelven a sus respectivas casas pero ya he perdido el interés en ellas y miro a los pisos superiores apoyando una mano en la barandilla de las escaleras, dudando por unos segundos.
Miro hacia abajo, el reloj, la manzana terminada... Vale, creo que aún me puedo permitir unos pocos minutos más así que sin poder reprimirme empiezo a subir para ver "quién coño es ese tipo".